La Capilla de la Música:

Un legado de sonidos divinos en la Catedral de Santa Ana

Simplemente majestuoso: Órgano de rocafort

La Capilla de la Música de la Catedral de Santa Ana contó en su día con una colección de instrumentos utilizados por los ministriles en las celebraciones religiosas. De todos ellos nos queda en la actualidad sólo el órgano, instrumento considerado como la pieza clave en la interpretación de música sacra.

La Catedral tuvo un primer órgano desde el año 1521 instalado en la primitiva Iglesia del Sagrario, siendo organista Antonio Fabelo, quien tomó el cargo en sustitución del Maestro Juan de Troya. Pero en 1599 con el ataque pirático holandés la Catedral se quedó sin instrumento al perecer en el incendio que afectó a parte del templo.

A finales de esa centuria se solicitó la compra a Flandes del mejor ejemplar posible por medio de Pascual Leardin, quien entró en contacto con el Maestro Pedro de Bruselas dedicado a su fabricación. El aparato, junto a un par de campanas, llegó a Las Palmas de Gran Canaria en 1601 quedando desilusionado el Cabildo hasta el punto de emprender un nuevo encargo a Sevilla donde residía por entonces el deán Mexia. El proceso de esta segunda adquisición concluye en el año 1616 al rubricar con Juan Marques un compromiso en firme para la fabricación de un órgano y su instalación sobre la tribuna a lo largo de 1617.

El que hoy se encuentra en la Catedral de Santa Ana fue inaugurado en 1863 después de haber sido compuesto en Valencia por Antonio Portell Fullana. Dicho órgano es conocido popularmente como el órgano de Rocafort en honor al célebre músico Luis Rocafort, su tañidor hasta el año 1880.

El renacer del órgano